Silvana

Básicamente siempre quise ser docente. Tuve grandes problemas de aprendizaje en la primaria. Cuando entré a la secundaria descubrí que era ser un buen docente: se habían involucrado conmigo, con mi historia. Ahí dije “tengo que ser como ellos”.

Yo veía como Dorita, mi profesora de Historia, daba con pasión las clases y cómo despertaba el interés de todos de aprender. Eso  me llevó a que elija el profesorado de Historia. Pero al fin y al cabo, quería ser profesora para enseñar a estudiar.

¿Cómo imaginabas ser profesora?

Lo que imaginé no tuvo nada que ver con lo que viví. Yo me sentía muy capaz porque manejaba la materia. En el profesorado te enseñaban a planificar clases, pero poco tenía está realidad algo que ver con el aula. No hay manual- idea disparadora, desarrollo etc- la dinámica cambia todos los días. Cuando voy al aula, el manual no me da ninguna respuesta. De hecho, el primer año volvía de dar clases llorando y me planteaba si esto realmente era para mí. Supongo que en la vida uno se plantea mucho si lo que elige es realmente lo que quería porque una cosa es lo que vos fantaseás y otra cosa es lo que es.

Pero me comprometí con las historia de los pibes, a veces les pedía sus fechas de cumpleaños. Me encantaba llegar a esas fechas regalarle frases que tenían que ver con la vocación, con la superación. Era ese detalle de pasar por el banco, “es tu cumple, me acordé”, y dejarles la frase como regalo.

La historia de Emiliano:

Nosotros acá tenemos un profe, a Emiliano Naranjo. Él es licenciado en Educación, licenciado en Gestión, maestreando en Educación, pero la Universidad de la Matanza no lo dejó cursar el profesorado de Educación Física porque tiene parálisis cerebral. ¿Cómo él iba a poder dar clases con sus problemas motrices o manejar un grupo con estas limitaciones?

Emiliano nos da muchas charlas a los docentes, la verdad que es un ejemplo, y nos contaba: “Yo tuve que construir una idea de qué es ser profesor de Educación Física en función de lo que yo me imaginé. Yo tuve que armar un modelo según lo que pensaba porque yo no pude asistir a estos tipos de clases en mi escuela. Pero yo quería ser profesor de Educación Física, y lo logré”

Eso está buenísimo, está puro. Todos nosotros venimos un poco contaminados de lo que hemos absorbido de otros docentes, de lo bueno y de lo malo. Él creó un modelo a partir de su imaginación.

¿Qué características tiene que tener un buen maestro?

Buen maestro es aquel que está en permanente búsqueda, y que entiende que no se puede ser maestro si no estamos todo el tiempo formándonos. Ser abiertos, compartir experiencias. Trabajar desde la reparación y la contención que desde el señalamiento. A veces tenemos miedo de que nos roben las ideas y nos aislamos, trabajamos un poco en soledad. Las ideas están para compartirlas porque cada uno las recrea como puede. El buen maestro no es egoísta, se complementa.

Inclusión:

Las escuelas tienen que recibir a todos. Si se habla de inclusión es porque hay otros que excluyen. Nuestra misión es que nuestros chicos aprendan, no clasificarlos diciendo “estos chicos pueden aprender, estos no”.

Esta escuela es “inclusiva” en el sentido que estamos todos, cada uno con su particularidad. Hay distintos tipos de docentes, auxiliares, chicos de todos lados, con las características que te imagines, con historias de todo tipo.

Acá a veces se nos pierden los pibes, muchos murieron…Hay realidades que nosotros no podemos cambiar. Pero si pudiéramos hacer que se hagan de todas las herramientas como para que ellos entiendan que pueden transformar su vida y darse cuenta que acá pueden cambiarlo, no acá en Rumania, si no en la escuela en general para darse una segunda oportunidad, sería distinto. Los chicos que se van nos marcan. Lo sufrís como una pérdida personal.

Nosotros no somos una escuela exitosa, nos involucramos. Acá golpearon a 4 profesores y ninguno se fue, ninguno renunció.

En general las escuelas se evalúan estadísticamente. Vos entrás al Guinness y ves “Mejor rendimientos en las pruebas PISA”, “Mejor promedio” etc. El ministerio te evalúa en capacidad de retención, contención y promoción de los alumnos. Pero no evalúan la calidad de nuestras intervenciones. Claro que hay chicos que no llegan a quedarse para siempre, pero lograron estar dos años, se llevaron una experiencia, cuando en otra escuela no durarían un mes.  Y sí, hay repitencia, pero logro que se queden.

A veces nos tildan de “escuela fácil”, de “aguantadero”. Si fuera fácil, los pibes no repetirían. Si fuese aguantadero, los llevaríamos a quinto año y listo. Pero hay chicos que llegan a estar muchos años en un mismo curso. Y sí, cada uno tiene sus tiempos y sus procesos.  A la hora de hablar de escuela inclusiva, los valores están invertidos, la gente lo ve como algo malo. Yo apuesto a que todos puedan aprender, y que aprendan realmente. ¿Cómo hacés para pedirles tarea para el hogar a chicos que no tienen hogar? ¿Qué hogar? Algunos están hacinados, otros usan la heladera de placard. Chicos que no tienen internet. Arremangate en esta escuela donde tampoco le pueden pedir que hagan fotocopias. Por esto es tan importante la creatividad del docente, y ese es el trabajo que hacemos acá que lamentablemente no es valorado.

¿Qué te inspiró a creer en vos?

Yo no sé si creí en mí. Mi viejo creyó en mí, que me mandó a la secundaria incluso cuando le dijeron que no me mande. Los profesores creyeron en mí, se involucraron conmigo.

Yo todos los días de mi vida siento que estoy rindiendo un examen. Sigo estudiando, pienso en lo que voy a hacer el año que viene, porque me parece que todo es poco y le tengo que demostrar a la gente que puedo. Es de diván.

Yo fui docente por mi viejo, mamá no sabía leer ni escribir, pero era una genia de la vida. A mi mamá cuando le decían (las maestras) que no me daba la cabeza, ella volvía cabizbaja llorando a casa, porque para ella lo que decían las maestras, formadas, que sabían leer y escribir, era palabra santa. Pero mi viejo aun así creyó en mí, decía que me iba a bancar hasta los 40 años para terminarla. Pero la terminé a tiempo.

Un libro: 50 talleres para la integración, de María José Borsani

Una mujer: Mi mamá

Un modelo de vida: No tengo

Vos en una palabra: Loca

Un lugar: Mi casa

Si no hubieras sido docente: modista

Que te gustaría erradicar de la sociedad: La “mirada”.

 

Silvana Corso es directora y docente en la escuela Rumania, Fuerte Apache.

Un comentario Agrega el tuyo

  1. Gabriela Ines Marzetti dice:

    Soy Gabriela,docente de Nivel Primario hace casi 22 años (exactamente 21 años y 7 meses reconocidos)y hace 3 años que ejerzo además como Profesora de Formacion docente de Nivel Primario y de Nivel Inicial.En Didáctica de las Ciencias Sociales.
    Fue de 2012 a 2015 Directora Maestra de Primario y Directora de Nivel Inicial de un Colegio de las Inteligencias Múltiples.
    Me senti identificada con una de las docentes que se calificó como apasionada de la Educacion hasta el nivel de la locura.
    Nunca realicé mi trabajo como una necesidad económica aunque siempre me permitio vivir bien disfrutando de lo que amo.
    Cuando decidi presentarme para dar clases en Nivel Superior dije ¿Què sera lo que nos lleva a los Directivos a quejarnos tanto de la formacion las docentes que llegan a las aulas?¿Es primero el huevo o la gallina?Y hoy puedo decir que hay gran material humano en las jóvenes y en los jóvenes que están preparándose para enseñar a los niños y niñas.

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